Corría el verano de dos mil quince cuando la sonda de la NASA New Horizons se acercó a solo doce y quinientos quilómetros de la superficie de Plutón, lo más cerca que nunca ha estado la tecnología humana de ese planeta helado. Las imágenes descubrieron dos extrañas y enormes montañas en cuyas crestas se hallaban una especie de cráteres que sugerían que aquello podría ser algo semejante a volcanes. Nombradas como Wright Mons y Picard Mons, en aquel instante desconcertaron a los científicos, que ahora, con considerablemente más información y datos en la mano, han podido descubrir que, ciertamente, el paisaje de Plutón está cincelado por criovolcanes que tendrían
un tipo y escala nunca contemplados en todo el Sistema Solar. Las conclusiones terminan de publicarse en ‘Nature Communications’.
Ubicados en la llanura en forma de corazón Sputnik Planitia, estas formaciones alcanzan los siete mil metros de altitud y entre los diez a ciento cincuenta quilómetros de ancho. Desde su descubrimiento, la zona ha llamado mucho la atención de los científicos, ya que aquellas formaciones tan masivas en un sitio sin apenas cráteres de impacto sugerían que algún género de mecanismo geológico esculpió el terreno hace parcialmente poco tiempo. No obstante, Plutón se halla a prácticamente cuarenta veces la distancia de la Tierra al Sol y, si bien tiene un núcleo rocoso, se piensa que su temperatura fue parcialmente baja a lo largo de su capacitación, más aún al final de su creación. O eso se pensaba hasta el momento.
Los estudiosos piensan que en algún instante de la historia ‘reciente’ del planeta enano, en aquella zona aparecieron no una lava incandescente como ocurre acá en la Tierra, sino más bien lodos de agua limosa surgiendo por estos cráteres helados así como elementos ‘anticongelantes’ como amoníaco o metano. «Todo señala a que no era líquido, ya que el entorno es demasiado frío: la temperatura media de la superficie de Plutón es de más o menos cuarenta Kelvin (-doscientos treinta y tres C)», explica Kelsi Singer, del Southwest Research Institute e estudiosa de la sonda New Horizons a ‘The Guardian’. «Probablemente sería más un material limoso, o aun podría ser en su mayor parte un sólido, como un glaciar, mas que aún puede fluir mínimamente». Cuando surgen sobre la superficie, al contacto con las condiciones heladas de este planeta en la obscura y recóndita zona del Cinturón de Kuiper, estas ‘lavas’ se coagulan, creando nuevas laderas, sobre todo en la parte alta, cerca de las ‘bocas’ de los volcanes.
Además de esto, el equipo apunta que no existen solo dos cráteres sobre Wright Mons y Picard Mons, sino más bien múltiples más pequeños que se han fusionado para dar sitio al atípico terreno montañoso, similar a una suerte de fango coagulado que no se da en ningún otro sitio del Sistema Solar. Y eso pese a que se ha descubierto en los últimos tiempos actividad criovolcánica en el planeta enano Ceres, en las lunas Gigante y Europa, aun en un satélite natural del propio de Plutón, Caronte. En verdad, es tan masivo, que los estudiosos han equiparado el tamaño de estos criovolcanes en volumen con el volcán hawaiano Mauna Loa, uno de los más grandes de la Tierra.
«La extrusión de material helado sobre la superficie de un cuerpo con temperaturas exageradamente bajas, baja presión atmosférica, baja gravedad y la exuberancia de hielos volátiles que se hallan en la superficie de Plutón lo hacen único entre los lugares visitados en el Sistema Solar», escriben los autores.
Terreno criovolcánico en Plutón, con posible actividad pasada marcada en azul
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NASA/JHU APL/SwRI/Isaac Herrera/Kelsi Singer
Acá el interrogante es: ¿de qué manera en condiciones verdaderamente heladas se puede dar este proceso? Conforme los autores, solo se explica a través del razonamiento de que Plutón, realmente, puede guardar mejor el calor de lo que se pensaba. «La estructura y la evolución de Plutón dejan una mayor retención de calor o más calor normalmente de lo que se adelantó ya antes de la llegada New Horizons -asevera el equipo en su estudio-, ya que estas temperaturas dejaron la movilización de materiales ricos en hielo de agua en algún instante reciente de la historia de la capacitación del planeta enano».
Aún así, el misterio sigue, ya que los estudiosos aún no saben qué ocurrió (o pasa) bajo el subsuelo de Plutón, en el que no debería fluir, ni tan siquiera ligerísimamente, nada. Según parece, este planeta enano es más que una simple bola helada en los límites de nuestro vecindario galáctico.