Descubrimiento de 500 genes relacionados con los alimentos que comemos
Un estudio realizado por la Universidad de Colorado (EE.UU.) ha revelado la existencia de casi 500 genes que influyen directamente en nuestra elección de alimentos. Este hallazgo podría ser un avance significativo hacia el uso de la genética en las estrategias de nutrición personalizada, con el objetivo de mejorar la salud y prevenir enfermedades.
La directora del equipo de investigación, Joanne Cole, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, afirma que algunos de los genes identificados están relacionados con las vías sensoriales, como el gusto, el olfato y la textura de los alimentos. Además, estos genes también pueden aumentar la respuesta de recompensa en el cerebro.
La importancia de los genes en nuestras preferencias alimentarias
Cole explica que algunos de estos genes podrían utilizarse para crear perfiles genéticos sensoriales, lo que permitiría personalizar las recomendaciones dietéticas de una persona en función de sus preferencias alimentarias. El estudio realizado por los investigadores utilizó el Biobanco del Reino Unido, que cuenta con datos de 500,000 personas, para identificar los genes más relacionados con la dieta.
Se utilizaron métodos computacionales para analizar las variantes genéticas que influyen directamente en la dieta y separarlas de los efectos indirectos, como aquellos en los que un gen afecta a la diabetes y, por lo tanto, la persona debe consumir menos azúcar.
La correlación entre la genética y los hábitos alimentarios
El análisis reveló que hay aproximadamente 300 genes directamente asociados al consumo de alimentos específicos y cerca de 200 genes vinculados a patrones dietéticos más amplios. Estos hallazgos demuestran que los patrones dietéticos tienen efectos genéticos más indirectos, lo que significa que están influenciados por varios factores.
Cole enfatiza la importancia de no estudiar los patrones dietéticos de forma aislada, ya que su impacto en la salud humana puede verse influenciado o confundido por otros factores.
Aplicaciones prácticas de estos hallazgos
A corto plazo, Cole y su equipo continuarán investigando la función de los genes recién identificados relacionados con la dieta. Además, buscarán identificar más genes que tengan un impacto directo en las preferencias alimentarias de las personas.
Estos conocimientos podrían utilizarse para adaptar el perfil de sabor de una dieta diseñada para perder peso, mejorando así la adherencia. Asimismo, estos hallazgos podrían usarse para adaptar los alimentos a las predisposiciones genéticas de cada individuo.
Cole concluye que, con base en los genes identificados, podrían realizarse estudios moleculares para identificar compuestos naturales o sintéticos que mejoren la palatabilidad de los alimentos saludables para cada persona.
En resumen, este estudio pionero ha revelado la influencia de casi 500 genes en nuestros hábitos alimentarios. Estos hallazgos abren la puerta a una nutrición personalizada y a futuras investigaciones que puedan mejorar nuestra salud y prevenir enfermedades a través de la genética.