La chicha hoy conquista el mundo entero. Esta pipa de agua que permite fumar una mezcla de tabaco y melaza aromatizada se ha convertido en un verdadero fenómeno social. Su consumo está en fuerte aumento, especialmente entre adolescentes y jóvenes. La chicha se consume hoy en todo el mundo, a menudo en la esfera privada, pero también en lugares específicos. La versión moderna de la chicha se ha convertido en un verdadero fenómeno social.
Un lejano origen persa
Las primeras referencias históricas del consumo de chicha datan del siglo XV, en Persia. El físico persa Abu’l-Fath Gilani habría inventado la cachimba introduciendo por primera vez el humo del tabaco en un tanque de agua para purificar y enfriar el humo. A pesar de la prohibición de fumar por el quinto Shah de Irán, el consumo de chicha se democratiza en Persia y se convierte en común en todas las categorías de la sociedad. Las mujeres y los hombres fumaban tanto en la esfera privada como en la pública.
Una democratización por etapas
La chicha se difunde en Oriente Medio bajo el nombre de narguile y hasta la India donde será llamada «hookah», que es su denominación contemporánea en los países anglosajones. La colonización británica de la India y de Oriente Medio permitió crear el primer contacto de Occidente con la chicha. A principios del siglo XX, tras la introducción de los cigarrillos en el mercado gracias a estrategias de marketing agresivas, la chicha se consume cada vez menos en India y Oriente Medio. A golpe de grandes presupuestos de comunicación, el cigarrillo se convierte en un símbolo de virilidad y dominación masculina, y más tarde de la emancipación de las mujeres. La chicha es relegada a un consumo de tabaco anticuado. Y el cigarrillo goza de una representación social progresista.
Un nuevo auge mundial
El consumo de chicha, que se reanudó en la década de 1990, se ha convertido en una práctica común en el mundo occidental y en el Oriente Medio. La chicha se mundializa en los años 2000 gracias a la percepción de una práctica social positiva basada en el compartir y la convivencia, y también a la reapropiación cultural de un objeto vinculado al imaginario místico de Oriente Medio, por algunas comunidades. Y hoy, modelos como la cachimba Moze Sphere seducen a todas las generaciones.
Un modo de consumo que favorece la convivencia
La mayoría de los consumidores de chicha fuman en grupo en espacios privados o en bares de chicha. Es un objeto fácil de usar que fomenta el intercambio y la discusión entre los fumadores. Se puede considerar que el cigarrillo también lo es, pero en menor medida. La chicha se prepara y se consume en un mundo lúdico. En efecto, preparar una chicha según las reglas del arte requiere conocimientos particulares. Esto abre la puerta a un aprendizaje lúdico por parte del preparador, a diferencia de un cigarrillo listo, donde la única acción esencial del fumador se reduce a su encendido.
Además, la chicha puede producir una mayor cantidad de humo en comparación con el cigarrillo convencional. Este humo permite crear formas y entra totalmente en esta dimensión lúdica. El consumo de chicha seduce cada vez más por su modo de consumo lúdico y amigable, en un mundo individualista invadido por la tecnología. No obstante, es importante no abusar de su consumo para evitar posibles riesgos para la salud.