La inmunoterapia -tratamiento farmacológico que estimula al sistema inmunitario a fin de que ataque los tumores- marcha bien contra ciertos géneros de cáncer, mas ha tenido un éxito dispar contra el cáncer de pulmón. En una investigación con ratones, los estudiosos descubrieron que las bacterias que se hallan de forma natural en los pulmones asisten a crear un ambiente que elimina la activación de las células T en los ganglios linfáticos próximos a los pulmones. Los estudiosos no hallaron ese género de ambiente inmunosupresor en los ganglios linfáticos próximos a los tumores que medran cerca de la piel de los ratones. Aguardan que sus descubrimientos puedan asistir a desarrollar nuevas formas de alentar la contestación inmunitaria en frente de los tumores de pulmón. Nueva Relacionada estandar Si Estudiosos españoles diseñan un caballo de Troya contra el cáncer ABCSALUD Un proyecto de España desarrollará biocápsulas que transportan células antitumorales CAR-T para invadir la zona cancerosa y terminar con las células malignas desde el interior del tumor Maria Zagorulya, estudiante de postgrado del MIT, es la autora primordial del trabajo, publicado en la gaceta «Immunity ». «Existe una diferencia funcional entre las contestaciones de las células T que se montan en los diferentes ganglios linfáticos. Aguardamos localizar una forma de contrarrestar esa contestación supresora, de tal modo que podamos reactivar las células T que actúan contra los tumores de pulmón», explica Stefani Spranger, autora primordial del nuevo estudio. Desde hace muchos años, los científicos saben que las células cancerosas pueden mandar señales inmunosupresoras, lo que conduce a un fenómeno conocido como agotamiento de las células T. El propósito de la inmunoterapia contra el cáncer es remozar esas células T a fin de que puedan regresar a agredir a los tumores. Un género de medicamento empleado frecuentemente en inmunoterapia son los inhibidores de los puntos de control, que frenan las células T agotadas y asisten a reactivarlas. Este enfoque ha funcionado bien con cánceres como el melanoma, mas no tan bien con el cáncer de pulmón. Los últimos trabajos de Spranger ofrecen una posible explicación: Ha descubierto que ciertas células T dejan de marchar aun ya antes de llegar al tumor, debido a que no se activan en una fase temprana de su desarrollo. En un artículo publicado en dos mil veintiuno, identificó poblaciones de células T disfuncionales que pueden distinguirse de las células T normales por un patrón de expresión genética que les impide agredir a las células cancerosas cuando entran en un tumor. «A pesar de que estas células T abundan y se infiltran en el tumor, jamás tenían licencia para matar», asevera Spranger. En el nuevo estudio, su equipo ahondó en este fallo de activación, que se genera en los ganglios linfáticos, que filtran los fluidos que drenan de los tejidos próximos. Los ganglios linfáticos son el sitio donde las «células T asesinas» se hallan con las células dendríticas, que presentan antígenos (proteínas tumorales) y asisten a activar las células T. Para descubrir por qué ciertas células T asesinas no se activan adecuadamente, el equipo de Spranger estudió ratones con tumores implantados en los pulmones o en el flanco. Todos y cada uno de los tumores eran genéticamente idénticos. Los estudiosos descubrieron que estas células T asimismo interfieren en la capacidad de las células dendríticas para activar las células T asesinas que atacan a los tumores de pulmón Los estudiosos descubrieron que las células T de los ganglios linfáticos que drenan de los tumores pulmonares sí hallaban células dendríticas y reconocían los antígenos tumorales que mostraban esas células. No obstante, estas células T no llegaron a activarse por completo, debido a la inhibición de otra población de células T llamadas células T reguladoras. Los estudiosos descubrieron que estas células T reguladoras se activaron con fuerza en los ganglios linfáticos que drenan de los pulmones, mas no en los ganglios linfáticos próximos a los tumores ubicados en el flanco. En general, las células T reguladoras se hacen cargo de eludir que el sistema inmunitario ataque a las células del propio organismo. No obstante, los estudiosos descubrieron que estas células T asimismo interfieren en la capacidad de las células dendríticas para activar las células T asesinas que atacan a los tumores de pulmón. Los estudiosos asimismo descubrieron de qué manera estas células T reguladoras eliminan las células dendríticas: suprimiendo las proteínas estimuladoras de la superficie de las células dendríticas, lo que impide que puedan activar la actividad de las células T asesinas. Repercusión microbiana Otros estudios descubrieron que la activación de las células T reguladoras está impulsada por niveles elevados de interferón gamma en los ganglios linfáticos que drenan de los pulmones. Esta molécula señalizadora se genera como contestación a la presencia de bacterias comensales, o sea, bacterias que generalmente viven en los pulmones sin ocasionar infección. Los estudiosos aún no han identificado las clases de bacterias que inducen esta contestación ni las células que generan el interferón gamma, mas probaron que cuando trataban a ratones con un anticuerpo que bloquea el interferón gamma, podían restituir la actividad de las células T asesinas. El interferón gamma tiene distintos efectos sobre la señalización inmunitaria y su bloqueo puede amortiguar la contestación inmunitaria global contra un tumor, por lo que emplearlo para alentar las células T asesinas no sería un buen planteamiento para los pacientes, asevera Spranger. Su laboratorio explora ahora otras formas de alentar la contestación de las células T asesinas, como inhibir las células T reguladoras que eliminan la contestación de las células T asesinas o bloquear las señales de las bacterias comensales, una vez que los estudiosos las identifiquen.