SaludLa farmacia del Gregorio Marañón, en casa

La farmacia del Gregorio Marañón, en casa

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Usar las nuevas tecnologías para asegurar la adecuada medicación del paciente en diferentes escenarios, así sea en el centro de salud, cuando está en casa, por medio de un servicio de farmacia veinticuatro horas con el que poder contactar toda vez que tenga dudas; o bien llevándole los fármacos hasta el domicilio cuando sea preciso. Esta es la filosofía del proyecto de teleasistencia farmacéutica integral del Servicio de Farmacia del Centro de salud Gregorio Marañón. Una forma de trabajar que ha cobrado singular relevancia con la crisis del Covid-diecinueve y que ha justo este año el premio ABC Salud a la mejor iniciativa en Farmacia.

Los primeros pasos de este proyecto se dieron ya hace diez años. «El Gregorio Marañón es un centro de salud de importante tamaño, con alto volumen de actividad asistencial y mucha dificultad de los pacientes. Precisábamos herramientas que ayudasen a estar cerca, a dar una atención farmacéutica en condiciones y facilitar el contacto bidireccional con el servicio de farmacia», recuerda María Sanjurjo, jefe del Servicio de Farmacia Hospitalaria de tal centro.

El paso inicial para la digitalización fue establecer un sistema interno que ayudara a la toma de resoluciones clínicas, enfocado a la seguridad del paciente y a la eficacia en la utilización de los fármacos. Se puso en marcha Higea (Herramienta Inteligente de Administración de Efectos Desfavorables), que conectaba la prescripción electrónica de los médicos del centro de salud con las unidades de análisis diagnóstico, de manera que toda vez que hubiese un inconveniente de seguridad del paciente se lanzara una alarma para prevenir contraindicaciones.

El próximo paso fue desarrollar una plataforma de aplicaciones con el propósito de continuar cuidando del paciente alén del centro de salud. «El inconveniente brota cuando se marcha de alta a su domicilio y comienza con todo género de dudas relacionadas con la medicación», explica María Sanjurjo.

Comenzaron en dos mil dieciseis con pacientes oncológicos que, merced a la aparición de medicamentos orales, pueden proseguir el tratamiento en el domicilio. «Nuestra primera aplicación, OncoSalud, consiguió grandes resultados en lo que se refiere a seguridad, eficacia y satisfacción. Los pacientes nos afirman que les calma mucho tener farmacéuticos del otro lado de la aplicación y poder contactar cuando tienen dudas», asevera Sanjurjo. La atención es veinticuatro horas todos y cada uno de los días del año. Frente a los buenos resultados, el proyecto prosiguió medrando. Ampliaron la plataforma con y también-MidCare, una aplicación para pacientes con enfermedades inflamatorias mediadas por inmunidad (artritis reumatoide, espondiloartropatías, soriasis, artritis psoriásica, enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa) y este año han desarrollado FarMcuida, para pacientes crónicos complejos. A nivel interno, asimismo prosiguen ampliando Higea, con la que trabajan para conectarse con Radiología y Anatomía Patológica.

Telefarmacia
La pandemia supuso un genuino reto para el sistema sanitario, mas en el Gregorio Marañón la digitalización facilitó las cosas. «Con el Covid, los pacientes tenían una enorme complejidad para contactar con el sistema sanitario. Tener implantada la aplicación fue súper útil. Les da mucha calma y confianza», asevera Vicente Escudero, responsable del proyecto. La mayor parte de consultas mediante la aplicación son por interactúes con otra medicación o bien por efectos desfavorables que acostumbran a aparecer por semana de comenzar el tratamiento, ya antes de la próxima cita programada por el médico. «Identificamos de forma precoz un efecto desfavorable, lo que nos deja poder adelantarnos y decidir si es una emergencia. El paciente que tiene la aplicación va menos a emergencias y tiene menos ingresos que el que no la tiene», asegura. A aquellos que no pueden usar la aplicación por la razón que sea, se les facilita un teléfono de contacto veinticuatro horas.

Para eludir desplazamientos superfluos, al comienzo de la pandemia se puso en marcha un servicio de telefarmacia con entrega de medicación en domicilio para los más frágiles. «Es un servicio valoradísimo por los pacientes. A final de dos mil veintiuno llevamos más de diez entregas de medicación», explica Carmen Rodríguez, farmacéutica y responsable del proyecto, quien apunta que el perfil del adjudicatario es el de un paciente «con mucha dependencia, comorbilidades, con inconvenientes de movilidad y que depende de algún cuidador».

El propósito de todas y cada una estas ideas es que el paciente «no se sienta desamparado», apunta la jefe del Servicio de Farmacia. El equipo desea que en un futuro las aplicaciones estén libres para todo género de nosologías graves y crónicas cuyo tratamiento es complejo. «Tenemos que avanzar en la transformación digital de la asistencia sanitaria. Nuestro trabajo no acaba con el alta del paciente, debemos continuar mejorando la comunicación y percibir todavía más su voz», concluye Sanjurjo.

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