Fortaleza única de la leche materna para proteger a los lactantes de infecciones
Un nuevo estudio revela que la leche materna contiene un conjunto único de anticuerpos que brinda una protección invaluable contra diversas infecciones. Publicado en el prestigioso Journal of Experimental Medicine, este estudio realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh destaca la estabilidad de estos anticuerpos a lo largo de la lactancia y los embarazos.
Un escudo protector personalizado
Según el autor principal, Timothy Hand, cada madre transmite a su bebé un grupo especial de anticuerpos a través de la leche materna. Sorprendentemente, estos anticuerpos se mantienen estables a lo largo del tiempo. Aunque cada donante de leche analizada presentaba perfiles de anticuerpos distintos entre sí, los anticuerpos dentro de la misma donante eran notoriamente similares incluso a lo largo de varios meses.
Esta singularidad en los anticuerpos puede explicar por qué algunos bebés desarrollan una enfermedad intestinal potencialmente mortal llamada enterocolitis necrotizante (ECN), mientras que otros no.
La enterocolitis necrotizante y su vínculo con la leche materna
La enterocolitis necrotizante es una enfermedad intestinal inflamatoria devastadora que afecta principalmente a los bebés prematuros. Este trastorno se ha asociado con una familia de bacterias llamadas Enterobacteriaceae y ocurre con mayor frecuencia en bebés alimentados con leche artificial que en aquellos alimentados con leche materna.
Antes de que el sistema inmunitario de los bebés madure por completo, los anticuerpos transferidos a través de la placenta y la leche materna los protegen de bacterias dañinas. Estos anticuerpos se unen a las bacterias en el intestino, evitando así su invasión al huésped.
Investigaciones previas realizadas por Hand y su equipo descubrieron que los anticuerpos maternos se unen principalmente a las Enterobacteriaceae en bebés sanos, pero en aquellos con enterocolitis necrotizante, muchas bacterias logran evadir esta unión.
La variabilidad y estabilidad de los anticuerpos
Con el objetivo de comprender mejor la inmunidad de los bebés ante la enterocolitis necrotizante, Hand y su equipo analizaron la leche materna de donantes pertenecientes a dos bancos de leche diferentes en Pittsburgh y San Diego.
Utilizando un conjunto variado de bacterias, midieron qué grupos de bacterias se unían a los anticuerpos de cada donante. Los resultados demostraron que los perfiles de anticuerpos eran completamente diferentes entre las donantes, tal y como se esperaba en este estudio único.
Hand explica: «Durante el embarazo, las células B migran del intestino a la glándula mamaria, donde comienzan a producir anticuerpos. Las madres intentan proteger a sus hijos con los mismos anticuerpos que utilizan para proteger sus propios intestinos. Cada mujer ha tenido una vida diferente, un microbioma único y ha experimentado diversas infecciones. Por lo tanto, tiene mucho sentido que los anticuerpos de la leche materna reflejen esta variabilidad».
A lo largo de la lactancia, la composición de la leche materna cambia, evolucionando desde el calostro altamente concentrado en proteínas hasta la leche madura. Para determinar si la composición de los anticuerpos también experimentaba cambios, Hand y su equipo compararon las muestras de leche materna de las mismas donantes a lo largo del tiempo y a través de varios embarazos.
Los resultados indicaron que los anticuerpos no solo eran similares entre las donantes durante un embarazo, sino que también se mantenían notoriamente estables entre los lactantes. Este hallazgo sugiere que las células B que llegan al tejido mamario permanecen allí, lo cual es fundamental para comprender cómo los bebés adquieren inmunidad y enfrentan las infecciones.
La importancia de la leche materna para bebés prematuros
Se ha comprobado que la propia leche materna es el mejor alimento para reducir la probabilidad de que los bebés prematuros desarrollen enterocolitis necrotizante. Sin embargo, en casos en los que no es posible acceder a esta leche, la leche de donante se vuelve un sustituto o suplemento importante.
En relación a esto, Hand y su equipo descubrieron que el proceso de pasteurización de la leche de donante reduce los niveles de anticuerpos presentes en ella. Si bien esto implica que los bebés alimentados con leche de donante reciben menos anticuerpos que aquellos que son amamantados por sus madres directamente, se requieren más investigaciones para comprender qué niveles de anticuerpos son necesarios para proteger contra enfermedades como la enterocolitis necrotizante.
En el futuro, un mayor conocimiento sobre las bacterias más peligrosas para los bebés prematuros con riesgo de enterocolitis necrotizante podría ayudar a los investigadores en el desarrollo de anticuerpos que se puedan añadir a la leche de fórmula o a la leche materna, fortaleciendo así la inmunidad de estos vulnerables pequeñitos.