CienciaLo que el horóscopo jamás va a saber sobre...

Lo que el horóscopo jamás va a saber sobre ti

-

¿Cuál es su signo? Si puede contestar a esta pregunta pertenece al noventa por ciento de los adultos que conocen su signo zodiacal. Esto no es una sorpresa, los medios masivos de comunicación, las redes sociales y las aplicaciones digitales se han encargado de dar un nuevo apogeo a la astrología. En contraste, en una encuesta efectuada en E.U., solo el cincuenta y siete por ciento de los encuestados conocía su tipo sanguíneo. ¿Qué hace tan singular a la astrología? La astrología se define como el estudio de la situación y del movimiento de los astros como medio para pronosticar hechos futuros y conocer el carácter de las personas. Tiene su origen en Babilonia alrededor del año setecientos-cuatrocientos cincuenta a.e.c., temporada en que se establecieron los doce signos zodiacales y cuya interpretación se enfocó en pronosticar los acontecimientos sobre la población. Fue en la vieja Grecia donde las predicciones se trasladaron a los individuos y se efectuaron basándose en la situación relativa de los astros en el instante del nacimiento. Por poner un ejemplo, que una persona pertenezca al signo de Géminis quiere decir que en el instante de su nacimiento el Sol (proyectado en el cielo) estaba en la situación pertinente a la constelación de Géminis. La Tierra, al virar alrededor del Sol, genera un recorrido aparente por las distintas constelaciones. A este recorrido se le conoce como eclíptica. El signo solar, conforme los astrólogos, representa nuestra personalidad, autopercepción, compatibilidad cariñosa y preferencias básicas. Así, aseguran que con el estudio de la situación de los cuerpos celestes pueden asistirnos a seleccionar mejores amistades, relaciones cariñosas convenientes y tomar mejores resoluciones tanto en lo profesional como en lo financiero. 3 razones para mudar de horóscopo Existen cuando menos tres razones por las que muy seguramente su signo zodiacal no sea el que cree. El muy inoportuno Ofiuco. Los babilonios observaron que en la eclíptica existían trece constelaciones diferentes, no obstante, como tenían un calendario de doce meses dictado por las fases de la Luna, decidieron preservar ese valor y usaron doce constelaciones para nombrar los signos zodiacales. De forma deliberada, los babilonios dejaron fuera a una: Ofiuco. El largo de las constelaciones. Todas y cada una de las constelaciones tienen longitudes diferentes por lo que se hallan frente al Sol a lo largo de tiempos variables. Por poner un ejemplo, Leo engloba treinta y siete días al paso que Escorpio solo siete. Esto deja fuera de Escorpio a muchos que afirman ser Escorpio, entre otras muchas irregularidades. El efecto de precesión Debido a la repercusión gravitacional del Sol y de la Luna, la Tierra se tambalea sutilmente, por lo que el polo norte se desvía poquito a poco generando el efecto de precesión. La consecuencia es un cambio aparente en la situación de las constelaciones. Ya que los signos del zodiaco se establecieron hace cerca de tres cero años, hoy en día se han movido más o menos un mes. Para quien nació un 1 de junio hace 3 mil años, el Sol estaría en la constelación de Géminis; hoy día, debido al movimiento de precesión, el 1 de junio el Sol no está en Géminis sino más bien en la constelación de Tauro. El experimento más conocido de la astrología: el astrotest de Naninga En mil novecientos noventa y seis se publicó un experimento en el que cuarenta y cuatro astrólogos procuraron emparejar los datos de nacimiento (data, hora y sitio) de siete anónimos con sus respectivos cuestionarios de personalidad. Los cuestionarios correspondían a preguntas tomadas del Perfil de Personalidad de la Universidad de Berkeley y a otras sugeridas por los cuarenta y cuatro astrólogos. Se cubrían aspectos relacionados con la educación, familia, vocación, pasatiempos, personalidad, relaciones, salud, etc. El astrólogo que consiguiera emparejar adecuadamente los siete datos de nacimiento con sus respectivos cuestionarios se llevaría dos quinientos dólares americanos. Los resultados fueron desmoralizadores para la astrología: el astrólogo más hábil tuvo tres emparejamientos adecuados de siete y la mitad de los participantes (veintidos) no tuvo ni una contestación adecuada. Existen múltiples artículos que prueban la astrología y su capacidad de predicción. ‘Spoiler alert’: en todos falla . Un astrólogo tiene exactamente las mismas posibilidades de atinar sobre aspectos de nuestro porvenir que cualquiera que base sus elecciones en el azar. Hay personas que establecen la elección de su pareja con base en los signos zodiacales. No obstante, semeja que el amor no está dictado por las estrellas. Una investigación efectuado con diez millones de matrimonios en Inglaterra y Gales probó que no hay ninguna patentiza de atracción (o rechazo) entre los diferentes signos zodiacales. ¿Por qué persuade a tantos? Si bien está archidemostrado que la astrología no acierta, el veintisiete por ciento de los estadounidenses y el veintitres por ciento de los franceses creen en ella, al tiempo que el cuarenta y seis por ciento de los mexicanos estiman que el horóscopo es algo esencial en sus vidas. ¿Por qué ocurre eso? La astrología es un negocio exageradamente rentable. Solo en U.S.A. las aplicaciones de astrología tuvieron ganancias de cuarenta millones de dólares americanos en dos mil diecinueve. Esto favorece que la astrología se promocione aún más en las páginas de internet y poco a poco más gente entre al mercado. Mas lo más interesante es que los humanos somos propensos a fallos y cortes relacionados con el juicio y el argumento. Esto quiere decir que los horóscopos encajan en nuestros mecanismos mentales. En concreto, recaen sobre lo que se ha definido como corte de confirmación y el efecto Forer. El corte de confirmación muestra que las opiniones y esperanzas anteriores pueden influir en la selección, retención y evaluación de patentiza, esto es, procuramos información que apoye nuestras ideas e ignoramos la que las contraría. Por poner un ejemplo, si nuestro horóscopo mienta que «será un día de fuertes contrastes» y tenemos un día de lo más sosegado, sencillamente ignoraremos la predicción. No obstante, en el caso de tener un auténtico día de contrastes, la primera cosa que vamos a pensar es: «Claro, el horóscopo me lo advirtió». El efecto Forer es un fenómeno sicológico consistente en percibir descripciones generales y equívocas (aplicables al mundo entero) tal y como si fueran declaraciones enormemente precisas (hechas particularmente para nosotros). El horóscopo de un asesino en serie En mil novecientos sesenta y ocho el sicólogo francés Michel Gauquelin publicó un anuncio en el diario. A cambio de nombre, dirección, data y sitio de nacimiento, ofrecía a los interesados percibir de manera gratuita un horóscopo adaptado de diez páginas. ¡Una auténtica baratija! Tras percibir el horóscopo, el noventa y cuatro por ciento de los interesados se declaró satisfecho con el resultado e inclusive el noventa por ciento aseveró que sus familiares hallaban atinada la descripción del perfil. ¿Dónde se encuentra el truco? ¡Todos habían recibido exactamente el mismo texto! El horóscopo, encargado por Michel Gauquelin, correspondía a un asesino en serie natural de Francia el diecisiete de enero de mil ochocientos noventa y siete. Los horóscopos prometen certeza («el destino está en las estrellas»). Por este motivo, no es extraño que la gente los busque primordialmente en temporadas de mucha inseguridad. A lo largo del apogeo de la pandemia de la covid-diecinueve las buscas relacionadas con horóscopos tuvieron su pico máximo en años. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP Código APP Con este artículo no proponemos que la gente deje de leer horóscopos puesto que pueden ser una genial fuente de entretenimiento o de diversión. No obstante, debemos enfatizar que no hay una conexión entre la situación de los astros y nuestras vidas . Y si bien los horóscopos semejan inofensivos e individuales, podemos rememorar que el presidente francés Converses de Gaulle, la Reina Isabel I de Inglaterra y la primera ministra de India, Indira Gandhi, tuvieron astrólogos que les asistieron a tomar resoluciones a lo largo de sus ordenes. La culpa, querido Brutus, no está en nuestras estrellas. William Shakespeare Este artículo se publicó originalmente en ‘The Conversation’ SOBRE EL AUTOR Yersain Ely Keller de la Rosa Profesor en Ciencias Bioquímicas, Universidad Nacional Autónoma de México. (UNAM SOBRE EL AUTOR Kevin Navarrete Estudioso en el laboratorio de Biología Molecular de bacterias patógenas, Instituto de Microbiología, Praga, Czech Academy of Sciences

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimos...

La escritora catalana Júlia Bacardit prohíbe, por contrato, traducir su libro al castellano

La cronista, escritora y podcaster catalana Júlia Bacardit (Barna,...

La estafa del 'contactless', el nuevo timo que emplean para hurtar a los ancianos en los cajeros

Los delincuentes prosiguen explotando cualquier disculpa para hurtar datos...

La desgracia del catalán

A todos y cada uno de los españoles acostumbra...

Más artículos...RELACIONADOS
Recomendados