Una investigación de hace una década comparaba el daño que causa en la salud no tener amistades a fumar 15 cigarros al día. Las ventajas de la compañía pueden no ser exclusivos de los humanos. Una investigación que examina prácticamente mil mamíferos concluye que las especies que viven en conjuntos normalmente son más longevas que las solitarias. La investigación, publicada en ‘Nature Communications’, incluye animales como el mono dorado de nariz desnarigada, que si bien está en riesgo de extinción alcanza los veinte años; la rata encuentro desnuda, un prodigio de la naturaleza de treinta y cinco gramos que vive más de treinta años sin asomo de cáncer; la ballena de Groenlandia, que puede superar unos prodigiosos doscientos años; y el murceguillo de herradura, que alcanza la treintena. Todos son gregarios. Los mamíferos exhiben una extensa pluralidad de organizaciones sociales, que incluyen la vida solitaria, la vida en pareja y múltiples formas de vida en conjunto. Asimismo muestran una alteración de cien veces en la vida útil máxima, desde los dos años de las musarañas hasta más de doscientos años en las ballenas de Groenlandia. Depredación y apetito Investigaciones precedentes sobre especies individuales, como los babuinos chacma, hallaron que los ejemplares con fuertes nudos sociales viven más que aquellos con conexiones enclenques. Se ha descubierto que la vida en conjunto limita el peligro de depredación y apetito, lo que puede prosperar la longevidad de los mamíferos. No obstante, los análisis entre diferentes especies han sido limitados. Además de esto, los mecanismos moleculares que subyacen a las relaciones evolutivas entre la sociabilidad y la longevidad en los mamíferos, que son esenciales para entender su evolución, no están claros. Xuming Zhou, Ming Li y sus colegas del Instituto de Zoología de la ciudad de Pekín en China examinaron novecientos setenta y cuatro especies de mamíferos para equiparar 3 categorías de organización social (solitario, en pareja y en conjunto) con la longevidad. Las especies que vivían en conjunto incluían el elefante asiático y africano, el lemur de cola anillada, la zebra de montaña y el murceguillo de herradura. Y las especies solitarias incluían el dugongo, el oso hormiguero y la ardilla catalogada oriental. Descubrieron que las especies que viven en conjunto por norma general viven más que las especies solitarias, lo que respalda la evolución relacionada de la organización social y la longevidad. Por servirnos de un ejemplo, las musarañas de cola corta del norte (que son solitarias) y los murceguillos de herradura grandes (que viven en conjuntos) tienen un peso afín, mas una esperanza de vida máxima de más o menos dos y treinta años, respectivamente. MÁS INFORMACIÓN nueva No El secreto de la monogamia ya no es la ‘hormona del amor’ nueva No El ‘cometa verde’ ha aumentado su magnitud y ya se puede ver a simple vista Conforme los autores, los descubrimientos dan una base para más ensayos e investigaciones de seguimiento sobre los mecanismos tras la vida en conjunto y la longevidad.