El Sol y su actividad frenética: ¿Qué está pasando?
El astro rey ha estado mostrando un ritmo acelerado de actividad en el último año, con llamaradas y tormentas solares volviéndose constantes en el clima espacial. Recientemente, dos fulguraciones de clase X, las más intensas, han llamado la atención. La primera ocurrió el 2 de julio, con una calificación X1.0, seguida tres días después por otra fulguración, esta vez de clase X1.6. Sin embargo, lo más intrigante fue lo que sucedió después.
La fusión de dos fenómenos solares
La segunda fulguración dio lugar a una eyección coronal de masa que fue ‘fagocitada’ por otra posterior, fusionándose en una sola y creando una tormenta solar llamada ‘CME caníbal’. Esta tormenta llegó a la Tierra el martes, en forma de una tormenta solar de rango G2 a G3, según reporta SpaceWeather.
Fenómenos solares: ¿Son normales?
Las fulguraciones, eyecciones y tormentas solares son eventos comunes en el ciclo solar actual. Cada once años, aproximadamente, el campo magnético del Sol se ‘voltea’, cambiando la posición de sus polos norte y sur. Este cambio da lugar a un máximo y mínimo solar, en los cuales la actividad de la estrella aumenta y disminuye. Los científicos pueden monitorear la fase en la que se encuentra el Sol al observar la cantidad de manchas en su superficie.
Un ciclo solar que se acorta
Según las observaciones actuales, se esperaba que el máximo solar ocurriera en 2025. Sin embargo, debido a la gran cantidad de manchas solares que se están viendo, muchos científicos creen que podría adelantarse a finales del próximo año. Esto significa que, si bien el próximo año será movido en cuanto a fenómenos solares, el 2025 también lo será.
Las consecuencias de las tormentas solares
Las erupciones solares envían poderosos chorros de materia y energía al espacio. En la Tierra, estos eventos se manifiestan en forma de auroras boreales, vistosas luminiscencias en el cielo. Con tormentas solares más fuertes, estas auroras pueden ser visibles en lugares inusuales, como Madrid. Además, las tormentas solares extremas pueden afectar las comunicaciones por radio, las redes eléctricas y los satélites.
Preparados, no preocupados
A pesar de las posibles consecuencias de las tormentas solares, los científicos nos instan a estar preparados y no preocupados. La ciencia nos permite comprender estos ciclos solares y afinar nuestros modelos. Misiones como Solar Orbiter están ayudando a desvelar los misterios del Sol y su comportamiento, llevándonos un paso más cerca de entender completamente estos fenómenos.