Si bien bastantes personas piensan que los peces ni sienten ni sufren, un nuevo estudio de la Universidad de Liverpool desmiente este mito: sienten dolor y aparte de una forma similar a la de los mamíferos, incluyendo los humanos. Sí, los peces sienten como .
Conforme esta investigación, publicada en una edición singular con temas de dolor de la gaceta «Philosophical Transactions» de la Royal Society B, el mito de que los peces no sienten dolor está equivocado. En verdad, el estudio asegura que pueden padecer hiperventilación, pérdida de hambre y hasta cambios en el comportamiento en un largo plazo tras pasar por una experiencia dolorosa.
Lynne Sneddon, bióloga y una de las primordiales especialistas mundiales del dolor en peces -y responsable del artículo-, asevera que esta característica se da en todo el reino animal y que explicaría los fundamentos moleculares compartidos y los comportamientos asociados con evitarlo y calmarlo. «Cuando están sujetos a un acontecimiento potencialmente doloroso, los peces muestran cambios desfavorables en el comportamiento, como la suspensión de la nutrición y la actividad reducida, que se previenen cuando se da un fármaco de alivio», asevera.
Igual ocurre cuando los peces padecen un estímulo doloroso en los labios, cuando los peces frotan su boca contra el tanque «de igual forma que nos fratmos el dedo del pie en el momento en que nos golpeamos». ejemplariza.
«Aceptar que los peces experimentan dolor implica cuestiones esenciales para la manera en que los tratamos. Se debe tener precaución al manipular a estos animales para eludir dañar su piel sensible y se deben apresar y matar con humanidad», asegura la bióloga.